Queremos empezar con esta frase que nos ha acompañado desde el inicio de nuestra historia: La vida te quita, pero también te regala oportunidades para poder resurgir.
La idea de Cabanes Dosrius nace durante una sobremesa familiar, una conversación entre una mujer "somiatruites" y amante de la naturaleza, Sandra; y un hombre que destacaba por su perseverancia y habilidad lógica, Agustí. (De hecho, nuera y suegro, les encantaba mucho reflexionar y compartir ♥ ). Se dio pues, la combinación ideal para que se encendiera la primera chispa de ilusión de lo que supondría, el proyecto de nuestras vidas!
¡El siguiente paso fue, dar un salto al vacío! Después de perder el trabajo en una multinacional y con prácticamente toda la familia en contra, Agustí decidió venderse incluso su hogar de Caldetes donde vivían. Dejarlo todo, para entregarse en cuerpo y alma. ¡Pensabamos que se había bebido el entendimiento! Pero con su gran tenacidad y confianza absoluta en la idea, fue superando todos los obstáculos que se interpusieron en el camino. ¡Que no fueron pocos, ni nada fáciles!
El 13 de agosto de 2013, conseguimos abrir puertas con las 3 primeras cabañas. Fue un proceso de apertura realmente intenso y en momentos caótico, en los que estábamos volcados (y también alterados), toda la familia. Agustí y su mujer María (que por cierto tuvo que dejar los tacones por las "bambas" de montaña!), se instalaron a vivir en el bosque, donde ahora está la recepción. Y desde allí, se ocupaban de todas las tareas diarias de los clientes, prácticamente disponibles las 24h. Su hijo Marc, compaginaba la escuela como maestro de Educación Física con el mantenimiento de las cabañas. Y Sandra, se ocupaba de la web, las guías de procesos internos y de lo que más le gusta hacer, tejer red! Pero entonces ella todavía seguía trabajando en grandes hoteles de Barcelona, "adicta" al ritmo frenético como coordinadora de grupos.
Cuando miramos atrás en estos 11 años de trayectoria, nos acompañan momentos especialmente duros, como la lucha contra el cáncer de Agustí, en que en agosto de 2015 murió. Pero también nos acompañan muchas experiencias que recordamos con una sonrisa y ahora entendemos claramente, que todos hemos sido una pieza clave para que este proyecto se pudiera hacer realidad y se convierta en lo que hoy es Cabanes Dosrius. Un proyecto familiar inspirador para nosotros, en el que de forma orgánica, hemos ido aportando y compartiendo cada uno nuestros talentos.
Agustí dio a luz las 7 cálidas y acogedoras cabañas arriba de los árboles. Y aunque no ha podido vivir la trayectoria de la primera década, nos ha invitado a hacer un camino que nos ha permitido crecer, expresar y potenciar nuestras cualidades. Y es un honor como familia, mantener vivo su sueño y el alma del proyecto. Re-conectar con el medio natural, para poner en valor lo esencial y disfrutar de los pequeños grandes placeres de la vida. Generando un Espacio de Salud y Bienestar para todos los Sentidos.
Sin duda la actitud de perseverancia y resiliencia de Agustí, hacia las situaciones complejas de la vida, son valores que nos ha dejado para nuestro día a día. Y nos recuerda que LO IMPORTANTE NO ES AQUELLO A LO QUE NOS ENFRENTAMOS, SINO LA MANERA EN QUE LO HACEMOS.